Pirene
JOYA ENOLÓGICA ANCESTRAL
El proyecto de investigación más apasionante en el que estamos inmersos es la recuperación de variedades ancestrales. Lo inició Miguel A. Torres a principios de la década de 1980 con la intención de descubrir cepas sobrevivientes a la filoxera que había devastado el viñedo europeo a finales del siglo XIX. Hoy, la quinta generación está impulsando este proyecto con fuerza con la ambición de elaborar vinos únicos a partir de variedades olvidadas que sean capaces de emocionar. Son pequeñas joyas enológicas que destacan también por su resistencia a la sequía y las altas temperaturas, lo que las hace especialmente interesantes en el nuevo escenario climático. De las más de 50 variedades recuperadas a día de hoy, seis son las que acaparan nuestra atención, como es el caso de la pirene con la que se elabora este monovarietal de producción muy limitada.
![Sant Miquel Tremp](/sites/default/files/styles/block_image_text_desktop/public/2022-07/FAMILIA_TORRES_SantMiquel_Tremp_Oct2020_950x878px.jpg?itok=f8HEsxc5)
La finca de Sant Miquel de Tremp, situada en el Prepirineo, en las cotas más altas del viñedo leridano (950 m de altitud), hoy resulta idónea para contrarrestar los efectos del cambio climático. Con suelos de naturaleza caliza, bien drenados y de elevada permeabilidad, se caracteriza por su marcado clima continental, con una notable amplitud térmica, unas condiciones que permiten mantener la frescura y equilibrio en los vinos. En esta finca del Pallars Jussà, se ha adaptado especialmente bien la pirene, plantada de manera experimental.