MARIDANDO OTOÑO

Como en todo cambio de estación, llegan los alimentos de temporada. Una suerte de productos efímeros que de manera cíclica buscan la compañía del vino en nuestras vidas. Un paradójico contraste que inspira armonías en busca de la calidez tras el descenso de las temperaturas.
Verduras y hortalizas, legumbres, setas, asados, cremas y cocidos se abren paso por nuestro paladar y llenan de nuevos colores y aromas a nuestra cocina. La ligereza y la frescura de los vinos que apetecen en verano tornan en mayor cuerpo y complejidad buscando la filiación con platos más substanciosos.
Uno de los alimentos más icónicos del periodo otoñal es, sin duda, las castañas. Un producto que trasciende a los puestos callejeros y puede devenir en un aliado infalible, en forma de sublime y sabrosa crema o puré, para dar vida y color a platos con la carne como protagonista.
Es momento para que el bosque se muestre presente en nuestros platos en forma de setas, acompañadas de carnes a la brasa; un abrazo entre fuego y sotobosque en las que variedades mediterráneas con cierta crianza, como garnachas, cariñenas y tempranillos se erigen como la mejor opción, añadiendo a este listado varietal a la ancestral y recuperada moneu. Así, Clos Ancestral (DO Penedès) se perfila como el acompañante ideal para un apetitoso arroz con gallo del Penedès y setas al vino tinto.

Arroz con gallo del Penedès con setas al vino tinto, elaborado por el chef del restaurante Jardín Restaurante El Celleret, maridado con el vino Clos Ancestral.
Con los pies en la huerta y nuestro paladar en el cielo, proponemos la imbatibilidad de una berenjena asada con stracella buscando la complicidad de la xarel·lo que da forma a Vinyarets Blanco. Será una apuesta segura.

Berenjena asada con stracella elaborada por el chef del restaurante Jardín Restaurante El Celleret, maridado con el vino Vinyarets blanco.
La cocina a fuego lento ya apetece en los días más fríos de otoño. Así, cocidos, estofados y sopas, ricos en legumbres, verduras y substanciosa carne buscan la complicidad de tintos de medio cuerpo, de tanino maduro, para encontrar el siempre difícil equilibrio con las grasas y la esencia jugosa de la carne estofada. Garnachas y tempranillos ofrecerán ese perfil mediterráneo, bello y complejo.
Así, Secret del Priorat (DOCa Priorat) habitará en nuestro paladar y en nuestros corazones de la mano de, pongamos por caso, un clásico de la tierra como un “trinxat” de col y patata, con butifarra y huevo poché.

“Trinxat” de col y patata, con butifarra y huevo poché elaborado por el chef del restauranteJardín Restaurante El Celleret, maridado con el vino Secret del Priorat
Sin abandonar el terreno de lo clásico y lo tradicional, ahondamos ahora en los caprichosos postres de temporada: “catanias” y “carquinyolis”, que parten de la almendra como base para perderse en las burbujas del espumoso de elegante finura que es Vardon Kennett.

Postre “catanias” y “carquinyolis” maridado con el espumoso Esplendor de Masia Vardon Kennett
Os animamos a disfrutar de los alimentos de temporada, que nos regala otoño, y a brindar con una copa de vino. ¡Salud!
