Catalunya, Regió Mundial de la Gastronomia: un año de celebración que llega a su fin
Por: Laura Conde, periodista
Catalunya ha sido este 2025 Regió Mundial de la Gastronomia, un reconocimiento que culmina un año dedicado a reivindicar una de las cocinas más ricas, diversas y admiradas del mundo. El título, otorgado por el International Institute of Gastronomy, Culture, Arts and Tourism (IGCAT), distingue a regiones con una extraordinaria riqueza culinaria, que apuestan por la sostenibilidad, la identidad cultural, la innovación gastronómica y la cohesión territorial. En este sentido, Cataluña no solo cumple con creces los requisitos, sino que los trasciende, demostrando que su gastronomía va mucho más allá del plato: es también una forma de vida y un reflejo de su historia y su territorio.
Durante los últimos meses, Cataluña ha vivido un auténtico festín de actividades que han acercado su cocina al público local e internacional. Se han organizado ferias gastronómicas, talleres, rutas por mercados y bodegas, maridajes, showcookings y jornadas de producto, con el objetivo de fortalecer el vínculo entre productores, restauradores y consumidores. Una propuesta coral que ha puesto en valor no solo la gastronomía catalana, sino también la dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y que encuentra en esta tierra una de sus expresiones más completas.
La gastronomía catalana se sostiene en tres ejes: producto, territorio y cultura. Con un clima privilegiado y una geografía que combina mar, montaña, huerta y llanura, la región presume de una despensa única. Desde los arrozales del Delta de l’Ebre hasta las viñas del Penedès, pasando por los olivares del Camp de Tarragona o los pastos del Pirineo, cada zona aporta ingredientes que definen un mosaico culinario extraordinario. La herencia campesina, la sabiduría transmitida de generación en generación y la creatividad de un buen número de cocineros han convertido la cocina catalana en una de las más respetadas del mundo.
Los productos con Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación Geográfica Protegida (IGP) son el mejor ejemplo de esta riqueza. El aceite de la DOP Siurana, afrutado y equilibrado, y el de la DOP Les Garrigues, intenso y aromático, son solo algunos ejemplos de la potente cultura oleícola catalana. Una tradición milenaria que hoy en día sigue más viva que nunca, gracias al buen trabajo de numerosos productores cuya sabiduría se ha transmitido de generación en generación.
Paletilla de cordero con verduras
La avellana de Reus, el arroz del Delta de l’Ebre y el de Pals o la pera de Lleida representan la fertilidad de una tierra generosa y diversa. En el Pirineo, el queso de l’Alt Urgell y la Cerdanya resume la tradición láctea de montaña, mientras que la mongeta del ganxet, la reconocida patata de Prades, los calçots de Valls, la ternera de los Pirineos o los turrones de Agramunt son iconos de la gastronomía popular, aquella que reúne a amigos y familiares alrededor de una mesa.
A estos se suman productos como la clementina de les Terres de l’Ebre, el Pa de Pagès Català y las razas de pollo autóctonas: el pota blava de El Prat de Llobregat y el Gall del Penedès, ambos con Indentidad Geográfica Protegida. Todos estos productos cuentan con sellos de calidad europea que certifica su origen y autenticidad, ya que, más allá de su sabor, son productos que cuentan historias: de esfuerzo, de paisaje y de las personas que los hacen posibles.
En las mesas catalanas, estos productos se transforman en platos que combinan tradición y modernidad: suquets de pescado, escudellas, arroces, escalivadas, pa amb tomàquet, carnes de caza, verduras del huerto, recetas de mar i muntanya y, por supuesto, una gran diversidad de postres elaborados con frutos secos, mieles o frutas locales. Todo ello, de la mano de un sinfín de cocineros que, día tras día, mantienen vivo el recetario tradicional, desde las pequeñas fondas familiares a los grandes restaurantes de prestigio internacional. No hay que olvidar que El Celler de Can Roca y Disfrutar han sido reconocidos como mejores restaurantes del mundo en la exclusiva lista de The World's Best 50 Restaurants.
Arroz cremoso de verduras y setas
Todos estos sabores encuentran en el vino el compañero perfecto. Catalunya cuenta con once denominaciones de origen vitivinícolas que reflejan la diversidad de su geografía: desde los blancos frescos y afrutados del Penedès hasta los tintos profundos del Priorat, los vinos aromáticos de la Terra Alta o los del Empordà, de marcado carácter mediterráneo. Los espumosos elaborados bajo la DO Cava y la más reciente Corpinnat completan una oferta enológica de prestigio internacional.
Berenjena escalivada con salsa tahina
Familia Torres, presente en cuatro de estas denominaciones —Penedès, Conca de Barberà, Priorat y Costers del Segre—, comparte la misma filosofía que ha inspirado este reconocimiento: el respeto por el origen y el cuidado de la tierra. Es por ello que ha querido sumarse como miembro activo a la red Catalunya, Regió Mundial de la Gastronomia, con el objetivo de difundir una cultura y una manera de hacer las cosas que este 2025 ha puesto la gastronomía catalana en el punto de mira internacional.