Un jardín en tu copa

“Solo los bebedores saben apreciar el lenguaje de las rosas y el vino”
Omar Khayyamm
Es normal que los vinos blancos nos evoquen -(por analogía cromática)- a las flores de tonalidades más claras y por consecuencia, los tintos, a flores de tonos oscuros, como la violeta. Ya en la Edad Media se utilizaba esta flor para reducir la sensación de embriaguez y en perfumería se continua utilizando muchísimo por su fuerza y seducción.
También los tintos jóvenes de merlot, tempranillo y syrah pueden dar estas notas violáceas teñidas de golosos toques de fruta roja…. Y acacia, y espino blanco, y jazmín, y pino, y tomillo… ¡todo un jardín cabe en una copa!
Sobre el bouquet
La primavera puede llegar primero a nuestras copas a través del bouquet de las notas varietales. De hecho, esta palabra de origen francés significa "ramo de flores”. No obstante, en el vocabulario de cata nos referimos a ella como el conjunto de aromas terciarios que se desarrollan durante la crianza, alcanzando la complejidad aromática en perfecto equilibrio con los aromas primarios (varietales, fruta) y los secundarios, los procedentes de la fermentación. En suma, un ramillete de expresión aromática. ¡Recordad entonces que solo los vinos que han pasado por crianza tienen bouquet!
Las variedades más terpénicas (altamente aromáticas) con propiedades florales y vegetales se notan más cuando no están enmascaradas por notas de madera. Entre ellas se encuentran el riesling (¿habéis probado el Waltraud?), el sauvignon blanc (Fransola) y el verdejo (Verdeo).
Haced una prueba: tapaos la nariz cuando degustéis el vino. Hasta que no os la destapéis no podréis notar su gusto. Entenderéis entonces la enorme importancia del olfato en la cata. No es el que el vino sepa a flores si no que sus aromas retro nasales también se muestran a través de los aromas en la boca.
La rosa, la reina por antonomasia la podemos regalar de manera líquida con vinos hechos de moscatel o gewürztraminer.
El Apunte: ¡Mucho ojo, las notas de geranio denotan problemas de evolución del vino!
No nos podemos olvidar de las plantas aromáticas, grandes componentes olfativas de los mejores vinos del mundo. Las notas misteriosas de la menta, de los helechos, del eucalipto, de la tierra mojada que son muy profundas y que dotan al vino de gran distinción y personalidad.
El toque especiado del orégano, la hierba fresca, la humedad del sotobosque nos regala la sensación de estar en plena naturaleza sin salir de casa.
En marzo llega el brote de la viña que tiene como peor enemigo las últimas heladas primaverales. Las hojas se van haciendo más grandes hasta que en mayo se llenan de flores. Unos meses ideales para pasear por los viñedos. Flores de mayo que serán frutos y que en agosto perderán el verde de la clorofila para colorearse según la tipología de sus variedades.
La flor de la viña es efímera y nos anuncia el paso de las estaciones. El mediterráneo empieza y acaba con este paisaje que ya desde la Grecia antigua representaba la paz y la fertilidad. La vid renace como las divinidades que se le asocian desde que el tiempo es tiempo: Osiris en Egipto, Dionisos en Grecia y Baco en Roma.