VINOS PARA CELEBRAR EL AMOR
San Valentín con Familia Torres
El amor es poliédrico y se encarna en diferentes vestiduras, intenciones e intensidades. Del mismo modo, se expresa de formas tan variadas como “entes amantes” puedan existir. Y el vino, no es ninguna excepción.
Porque saber elegir es de lo más sugerente, presentamos cinco vinos que dirán mucho del que los regala…o los recibe. Una selección cuya génesis descansa sobre las historias que en ellos anidan.
Una pareja disfrutando de una comida maridada con el vino Pazo das Bruxas, propiedad de Familia Torres.
Mas la Plana (DO Penedès)
En 1979, en la Olimpiada del Vino de París, organizada por la revista Gault-Millau; Mas La Plana, en su primera añada,1970, superó a los cabernets más aclamados y distinguidos del mundo, otrora terreno reservado a los grandes chateus galos. La sorpresa fue mayúscula y situó al Penedès en el mapa vinícola; sin embargo, se trataba del primero de una larga trayectoria de reconocimientos internacionales que hace de Mas la Plana el vino español más universal y su creador Miguel Agustín Torres, una de las personas más respetadas y reconocidas del sector, a nivel mundial.
Si bien cada añada contempla sus pequeñas diferencias, sí que existe cierto patrón de ADN que se repite y que conforma la identidad de este cabernet de alma profunda.
En botella descansa hasta su descorche el alma de una tierra. La expresión y estructura manifiesta de su origen; inconfundible en la calidad y riqueza de sus taninos, carnales y frutales; e identificable en las intensas notas varietales del microclima de varias parcelas de la finca que nos regala una nariz de bosque mediterráneo, de arándonos y moras; profunda y cautivadora.
Pareja disfrutando de una comida alrededor del vino Mas La Plana, propiedad de Familia Torres.
Su larga crianza en roble francés ultima y afina la calidad de los taninos y le confieren ese placer tan característico en forma de pensamientos de especies; de chocolate y café. En boca, su largo recorrido nos devuelve la madurez y fruta de sus taninos, envuelto todo en un ambiente de terciopelo que nos llena la boca, una dimensión y volumen elegantes que no irrumpen, sino que parecen deslizarse por nuestro paladar de manera orgánica, natural.
Celeste Crianza (DO Ribera del Duero)
Los vinos de altura de esta afamada DO se caracterizan por su intensidad y carga colorante; los aromas primarios se muestran desnudos en un mar de fruta fresca y tensa acidez; taninos presentes, suaves, redondos, carnales. Un carácter fresco y primario que podrá vestir de roble para una unión, cuyo fruto tornará en complejidad, sofisticación y calidad.
Esta complicidad Cielo y Tierra; Día y Noche, -(contraste térmico)- se manifiesta en Pago del Cielo (DO Ribera del Duero), a casi 900 metros de altitud. Donde las vides de tinto fino se han acomodado a las temperaturas extremas de la región, adquiriendo una personalidad distintiva que no necesita de mezclas varietales.
Por ello, Celeste Crianza parte de lo varietal para completar su perfil con la acaricia del roble. El resultado es de una intensidad cromática de profunda cereza y áurea granate.
Celeste Crianza, una joya enológica de la Familia Torres complementa este instante a la perfección.
Carnal, amplio, sabroso y con curvas. Frutos negros de avanzada madurez se abren paso por entre las notas torrefactas, cafeteras y de frutos secos. La sensualidad y la carnalidad hecha vino.
Pazo das Bruxas (DO Rías Baixas)
Es la Galicia más brava y agreste la que nos regala un rincón en una esquinita donde perderse primero y encontrarse después, en un lugar cuya historia descansa en un legado celta que nos susurra al oído un pasado espiritual, donde el suelo y el cielo se ven unidos irremisiblemente por atávicas deidades y ancestrales prácticas culturales.
Pazo das Bruxas, fue la primera incursión vinícola de Familia Torres en la región. Pazo das Bruxas evoca a su tierra desde su amarillo brillante y ribetes dorados. Y desde su intensa nariz, nos conduce a un mundo de flor blanca, cítricos y fresca fruta de hueso, para culminar en una boca amable y golosa, pero de firme acidez que perdura en un final largo y sabroso.
Pazo das Bruxas, propiedad de Familia Torres, es el acompañante perfecto para esta comida.
Todo en un recuerdo de bruma marina y sal. El peso y el paso del agua y la tierra.
Clos Ancestral Tinto (DO Penedès)
La creación de Clos Ancestral materializa el paradigmático axioma de que ‘el futuro era ayer’. Un vino tinto que parte del apasionante trabajo emprendido por Familia Torres hace más de treinta años en aras de recuperar variedades autóctonas y ancestrales prefiloxéricas y, por ende, el patrimonio vitivinícola de Catalunya.
Más de 2000 años contemplan la viticultura entorno a Castell de la Bleda, cuna de Clos Ancestral, en el corazón del Penedès, donde la arqueología ha desenterrado del pasado vestigios íberos, romanos, medievales y prefiloxéricos que atestiguan el cultivo de variedades como la moneu, arrancada de los brazos del olvido para incorporarla a la mezcla de este nuevo vino nacido de prácticas ecológicas para con la vid.
Clos Ancestral tinto es un vino ecológico en el que a la moneu se suman a la mezcla variedades autóctonas como l’ull de llebre (tempranillo) y la garnacha, procedentes de cepas de entre treinta y cuarenta años, vinificadas por separado para garantizar el máximo potencial y expresión varietal. Por su parte, la moneu ha sido objeto de un minucioso trabajo en el que se han utilizado tinajas y ánforas en parte de la crianza.
Clos Ancestral tinto, joya enológica de la Familia Torres, armoniza a la perfección con esta comida.
Cuatro vinos que desvisten almas y ensalzan corazones. Vinos con historias que contar. Vinos que, de un modo u otro, nacen del amor y la pasión. De la memoria y el olvido; del arraigo a la tierra y de la biografía de los/as que la trabajaron.
Vinos que, en definitiva, esconden una única intención: celebrar la vida y el amor.