Las avefrías: los pájaros que anuncian el frío

avefría

Por Jose Luis Gallego. Divulgador ambiental (@ecogallego)

Las bandadas de avefrías surcando los cielos plomizos de finales de otoño indican que las nieves empiezan a cubrir el norte de Europa y que el frío intenso está a punto de arribar a nuestras latitudes.

En toda Eurasia los pasos de las estaciones vienen acompañados de oscilaciones en el termómetro que determinan las condiciones de vida de los seres vivos. Un cambio al que animales y plantas hacen frente con diferentes estrategias de adaptación. Y una de las más frecuentes entre las aves silvestres es la migración. 

Al viajar desde sus áreas de cría hacia los territorios de invernada, las aves responden a uno de los grandes retos que plantea la vida salvaje: superar las condiciones ambientales cuando éstas se tornan más rigurosas y dificultan la obtención de alimento, amenazando la propia supervivencia. 

Una de las especies más vinculadas a ese tránsito estacional por los cielos de Europa es el avefría (Vanellus vanellus), a la que en el mundo rural se considera como portadora del frío, como su propio nombre indica. Y es que con la llegada de sus bandos a nuestros campos estas bellas aves, de elegante plumaje e inconfundible silueta, anuncian la proximidad del invierno.

 

 

Avefría
Ejemplar de avefría en el campo. Fotografía de: Ana Mínguez

 

Los barbechos y pastizales, los arrozales y las marismas, los campos de rastrojos, las dehesas y muy especialmente los viñedos, se pueblan a finales de otoño de avefrías que suelen pasar el día picoteando el suelo en busca de los invertebrados que les sirven de alimento, mientras caminan con su característica elegancia. 

La avefría es un ave rechoncha, de cabeza pequeña con un característico penacho de plumas erizadas en el cogote que la hace inconfundible. En la cara muestra un fino antifaz negro bajo la línea de los ojos y un pico corto y afilado. El plumaje del dorso es de color verde brillante, con irisaciones moradas, en contraste con el del vientre, blanco muy puro. Luce un peto negro en el pecho, y las patas son cortas, de color rojo. Cola muy corta y estrecha, de formas cuadradas. Mide treinta centímetros de altura, tiene una envergadura de 85 cm y pesa 150 g.

 

 

Avefría
Ejemplares de avefría en el campo. Fotografía de: Ana Mínguez

 


Su vuelo es muy característico pues tiene unas alas muy anchas y alargadas, perfectamente rectangulares, que bate de manera intermitente dando giros y requiebros en el aire como si fuera una mariposa. Vistas desde abajo las alas son negras en las puntas y blancas en la parte central.

En circunstancias normales las primeras avefrías llegaban a nuestros campos a mediados de octubre y se quedaban hasta marzo, pero la subida de las temperaturas medias del continente europeo, como consecuencia del cambio climático, está alterando ese calendario, haciendo que cada año lleguen más tarde y se vayan antes. 

Aunque en algunos humedales de España suele establecerse como residente, sus territorios habituales de nidificación se sitúan al norte de Europa, desde Alemania hasta Escandinavia o incluso adentrándose en la estepa rusa, formando colonias de cría muy abundantes. Del mismo modo, en inviernos muy fríos, pueden producirse desplazamientos masivos hacia el sur, dando lugar a altas concentraciones de avefrías en nuestros campos.