Halcón de Eleonora, la rapaz del Mediterráneo

Por Jose Luis Gallego. Divulgador ambiental (@ecogallego)
De todas las aves rapaces que pueblan la gran región del Mediterráneo hay una que resalta sobre las demás, tanto por su belleza como por la leyenda que permanece asociada a su nombre: el halcón de Eleonora.
Esta bella falcónida, pariente cercana del halcón peregrino, recibe su nombre de la noble dama catalana Eleonora d’Arborea (en catalán se llama falcó de la reina), quien vivió a mediados del siglo XIV ejerciendo primero como jueza y luego como reina de la isla de Cerdeña, luchando por su independencia hasta conseguirla, lo que la convirtió en la gran heroína de los sardos.

Ejemplar de halcón de Eleonora.
Pero más allá de sus hábiles dotes para el mando, la reina Eleonora fue una gran amante de la naturaleza. Durante su mandato promulgó las primeras leyes para la protección de las aves, interesándose especialmente por la conservación de una bella especie de halcón que llegaba cada primavera para criar en los acantilados de la isla y que la tenía fascinada.
No olvidemos que en la edad media los halcones eran uno de los bienes más preciados entre los nobles, que competían entre ellos en la práctica de la cetrería o caza con aves rapaces. Aquella especie de falcónida que hechizó a la noble Eleonora no fue identificada para la ciencia hasta mediados del siglo XIX, recibiendo el nombre científico de Falco eleonorae en honor a la reina naturalista.
Respecto a sus características biológicas y aspecto, el halcón de Eleonora es el pariente marinero del halcón peregrino (Falco peregrinus), con el que comparte semblante general. También se asemeja al alcotán (Falco subbuteo), aunque muestra diferencias notables respecto a ambos.
Para empezar el halcón de Eleonora es algo más alto y estilizado que el peregrino y mucho mayor que el alcotán. Tiene el pecho profusamente moteado y mucho más oscuro, con tonos arcillosos. El dorso es de un elegante color negro pizarra, como la parte superior de la cabeza y las bigoteras. Las alas son muy largas y estrechas, como la cola. En vez de amarillas, como en el peregrino, el de Eleonora tiene las patas verdosas. Existe una fase oscura que todavía es más fácil de diferenciar de sus parientes. Mide alrededor de cuarenta centímetros y tiene una envergadura de casi un metro.
Se trata de una de las rapaces con mejor dominio del vuelo, capaz de capturar golondrinas, vencejos y otros grandes especialistas aéreos gracias al diseño de las alas y su amplia cola, que le permiten realizar todo tipo de piruetas. Cazador crepuscular, posee uno de los sentidos visuales mas afinados entre todas las aves, lo que le permite prolongar sus batidas de caza hasta casi el anochecer.

Halcón de Eleonora durante el vuelo.
Es una de las pocas rapaces que han elegido vivir exclusivamente junto al mar, donde habita los acantilados marinos y los islotes solitarios. En verano puede ser visto ocasionalmente en los campos abiertos y las zonas húmedas próximos a la costa, pero siempre regresa a sus posaderos frente a las olas. Su área de cría en España se reduce a puntos muy concretos de las islas Baleares, especialmente Mallorca e Ibiza, y las Columbretes.
La dieta alimenticia del halcón de Eleonor está adaptada al paso migratorio de sus principales presas: los pájaros migratorios. Coincidiendo con el viaje postnupcial de estas especies, el halcón de Eleonor se convierte a finales de verano en una rapaz fundamentalmente ornitófaga. En primavera en cambio es básicamente insectívoro, capturando langostas, libélulas y grandes mariposas nocturnas y diurnas.
Aunque puede llegar a anidar en solitario, por norma general suele criar en pequeñas colonias situadas en los cantiles rocosos. Durante el celo la pareja realiza vuelos de exhibición que a menudo incluyen espectaculares picados sobre las olas. En el nido, la hembra es la encargada de la incubación de los huevos, mientras el macho caza para ambos. Una vez nacidos los pollos la pareja se dedica por igual a alimentarlos.

Ejemplar de halcón de Eleonora posado en una rama de un árbol.
Respecto a su fenología, es decir a la manera como se relacionan con el paso de las estaciones, aunque los halcones de Eleonor llegan a nuestras costas mediterráneas a finales de marzo, no inician la temporada de cría hasta bien entrado el mes de julio, resultando la más tardía entre las rapaces ibéricas. La causa de ese retraso está en que la crianza de los pollos coincida con el paso otoñal de sus presas, y de ese modo no les falte alimento. En noviembre inician el regreso a sus áreas de invernada en África.