El ballet aéreo de los estorninos

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Por Jose Luis Gallego. Divulgador ambiental (@ecogallego) 

Los grises y silenciosos atardeceres de invierno, cuando el día se desvanece sobre unos campos gélidos y adormecidos, tienen un sorprendente contrapunto de vivacidad en el cielo. Justo antes de que empiece a anochecer, y en contraste con la quietud que reina en el paisaje, enormes bandadas de pájaros negros dan forma a uno de los espectáculos más extraordinarios de la avifauna europea: el ballet de los estorninos. Un espectáculo que solo se representa durante los meses más fríos del año, desde mediados de otoño a mediados de invierno, fuera de la época de cría. 

Estorninos volando en el cielo al atardecer
Estorninos volando en el cielo al atardecer

En los cielos de las ciudades, en las afueras de los pueblos, sobre los viñedos, los olivares o los campos yermos, decenas, centenares de miles de estorninos dan forma a esas características nubes de puntos negros que son sus bandos. Vistos desde lejos parecen manchas de humo granulado que se estiran y se contraen atendiendo a una perfecta coreografía, sin chocar jamás unos con otros.

Alguno en la bandada decide ir para abajo, y allá que va el resto. Luego otro estira del grupo hacia la izquierda, al poco vuelan todos súbitamente hacia arriba para volver a desplegarse a la derecha. No sabemos a qué obedece esa atestada danza. Nadie conoce la pauta que van a seguir de antemano, ningún estornino sabe hacia dónde va a volar en el próximo segundo, pero todos siguen la coreografía a la perfección, dando forma a uno de los mayores y más célebres ballets aéreos.

Los ornitólogos que estudian este curioso comportamiento no logran especificar cuál es el mecanismo que les permite eludir los choques, la guía que siguen para evitar los tropiezos en pleno vuelo y que les podría llevar a lesionarse y caer al suelo. Al parecer uno de los factores más determinantes para evitarlo es el sonido. Los bandos de estorninos son muy ruidosos, y con su reclamo cada pájaro marca su posición al resto. 

Ejemplar de estornino en una rama de un árbol
Ejemplar de estornino en una rama de un árbol

Respecto a lo que les mueve a realizar juntos esos giros tan bruscos, al parecer es la luz. Cada uno de los individuos evita desplazarse hacia ella, hacia el azul del cielo, buscando refugio en la oscuridad del grupo. Eso les permite desplazarse como una masa homogénea, formando un disciplinado grupo de danza en el que cada bailarín atiende a lo que hace el resto.    

Pero lo que lleva a estos pájaros a volar en grupos tan numerosos no es el amor al arte, en este caso a la danza, sino el instinto de supervivencia. Unidos pueden eludir el ataque de uno de sus más implacables enemigos: el halcón peregrino. Ante semejante tumulto de posibles presas, la rapaz no logra fijar su atención en un solo individuo para abalanzarse sobre él con sus afiladas garras y capturarlo en pleno vuelo. Apiñados unos junto a otros, al aproximarse al bando de estorninos la falcónida ve como el grupo estalla en miles de individuos, expandiéndose hacia todos lados para reagruparse de nuevo al instante. De ese modo dejan al halcón descolocado y aturdido en el aire. Se trata de una estrategia similar a la que siguen los grandes cardúmenes de peces para confundir a sus predadores submarinos. 

Estornino en una rama de un árbol
Estornino en una rama de un árbol

En nuestro país se dan las dos especies de estornino europeas más abundantes: el estornino pinto o vulgar (Sturnus vulgaris) y el estornino negro (sturnus unicolor). El estornino pinto es un pájaro de tamaño medio, con alrededor de veinte centímetros de longitud y ochenta gramos de peso. Muestra un plumaje compacto, muy brillante, de color negro irisado, bellamente salpicado de pintas doradas y blancas que lo convierten en uno de los pájaros más elegantes de Europa. 

Pico corto de color amarillo y patas también muy cortas de color rojo. Se alimenta de grano y frutos silvestres, aunque en la ciudad se comporta como un oportunista, disputándole las migajas a palomas y gorriones (y ahora también a las cotorras). Su reclamo es un característico silbido que sube y baja de tono armoniosamente, potente y agudo. Pero eso no es todo: los estorninos son capaces de imitar a la perfección el reclamo de otras aves, incluso los sonidos de las campanas o del claxon de los coches. 

El estornino negro es prácticamente idéntico al pinto en tamaño, formas y hábitos, pero se diferencia por el color negro uniforme de su plumaje, sin irisaciones ni pintas. Es muy común que ambas especies formen bandos mixtos, por lo que cuando están volando juntos y los observamos desde la lejanía resulta prácticamente imposible diferenciarlos. 

Estornino en un árbol con hojas
Estornino en un árbol con hojas

La población ibérica de ambas especies ronda los cuatro millones de parejas. Pero si el invierno viene frío, sus hábitos migratorios pueden provocar que los estorninos europeos (más de 60 millones, siendo el pinto el más abundante) se instalen en nuestros campos, pueblos y ciudades formando enormes bandadas de decenas, incluso centenares de miles.

Unos grupos que al caer la noche, tras danzar en el cielo, acuden a sus dormideros colmando a menudo las arboledas de las calles, las plazas y los parques urbanos. Algo que puede dar lugar a problemas de convivencia en el vecindario, debido a la contaminación acústica y la acumulación de excrementos.  

La temporada de cría se inicia entre marzo y abril. Suelen hacer nido en oquedades de edificios, tanto en fisuras como entre las tejas, pero también ocupan cajas nido y troncos huecos. Huevos de color azul celeste, hasta media docena por puesta. La incubación dura dos semanas. Pollos volantones a los 20 días.