Monstruos, villanos y winelovers

Con motivo del Festival de Sitges, Luis M. Rosales, director del magazine SCIFI WORLD, nos sumerge en la cronología del celuloide en busca de los winelovers más icónicos del fantástico y el terror.

Un año más la Blanca Subur acogerá una nueva edición del Sitges - Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, y con tal motivo nos parece el momento idóneo para sumergirnos en la relación entre el cine fantástico y el vino a través de sus monstruos y villanoswinelovers.

Desde el nacimiento del cine de terror, los monstruos han mantenido una curiosa relación con este delicioso néctar. En el“Drácula”de 1932, dirigido por Tod Browning, podemos ver como el vampiro, interpretado por Bela Lugosi, le ofrece una copa a Renfield para después responder a su pregunta con sutileza diciendo“Yo no bebo… vino”, estableciendo una imperecedera relación entre el vino y la sangre, cuyas raíces se remontan a los inicios de la religión cristiana y la propia sangre de Cristo.

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Otro de estoswineloversmonstruosos lo encontramos en la secuela de“Frankenstein”dirigida en 1935 por James Whale. En“La Novia de Frankenstein”la criatura encarnada por Boris Karloff, tras su fuga de la prisión, llega hasta la casa de un ciego atraída por la melodía de su violín. Este le invita a compartir su mesa y le ofrece vino para saciar su sed. Tras degustarlo la criatura exclama, con una sonrisa de satisfacción dibujada en su rostro, un simple y sonoro “¡Bueeeno!”.

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En“Ulises”, película dirigida por Mario Camerini en 1954 y uno de los primerospeplumsproducidos por Dino de Laurentiis y Carlo Ponti, Kirk Douglas interpretaba al héroe protagonista en su regreso a Ítaca al finalizar la guerra de Troya. En la travesía se detienen en una isla para aprovisionar su barco y tras encontrarse con unas vides deciden elaborar vino, afirmando que“es mejor que la leche”,al grito de“donde no hay vino no hay fiesta”. Por si esto fuera poco, el vino se convertirá en el salvador de Ulises y su tripulación, cuando lo utilicen para vencer a Polifemo, un gigantesco cíclope que demuestra tener una sed insaciable por la“sangre de la tierra”.

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Ya en 1962, se estrenaba“Historias de Terror”, una película antológica dirigida por Roger Corman que nos ofrecía tres adaptaciones de distintos relatos de Edgar Allan Poe protagonizadas por Vincent Price. La segunda de estas historias,“El gato negro”, mezclaba el relato del mismo título con elementos de“El barril de amontillado”. Price interpreta a Fortunato Luchresi, uno de los catadores más importantes del mundo quien, tras ser retado por el personaje de Peter Lorre, un bebedor empedernido conocido como Montresor Herringbone, terminará enamorándose de su bella esposa. Como venganza Montresor acabará con la vida de la mujer y encadenará a Fortunato en su sótano, levantando una pared para ocultar sus cuerpos. Price, gran aficionado al vino en la vida real y embajador de la industria vinícola californiana, inspiraría tras su fallecimiento una edición especial de caldos conocida comoThe Vincent Price Signature Wine Collection.

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Norman Bates, el personaje de Anthony Perkins en la película de Alfred Hitchcock“Psicosis”fue otro destacado wineloveral que se le pudo ver disfrutando de una copa de vino en varias de sus entregas. Tras Bates llegó toda una pléyade de elegantes y refinadospsicho killersde entre los que destaca por derecho propio el protagonista de la saga iniciada con“El Silencio de los Corderos”, el doctor Hannibal Lecter, quien acompañaba con unChiantisus peculiares hábitos alimenticios en la gran pantalla, mientras que en las novelas originales de Thomas Harris los regaba con unAmarone.

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Roman Polanski nos ofreció en 1968“La Semilla del Diablo”, un filme en el que los adoradores de Satanás disfrutaban del vino mientras tramaban sus diabólicos planes para el hijo no nato de Mia Farrow.

También el mismísimo príncipe de los infiernos llegó a gozar del preciado líquido en películas como“El Caminante”de Paul Naschy. Un cuento picaresco en el que el actor madrileño se desdoblaba para dirigir, escribir y protagonizar el filme estrenado en 1979. O bajo la apariencia de Al Pacino en“Pactar con el Diablo”, una película de 1997 con Keanu Reeves y Charlize Theron, en el que junto sus fieles seguidores sucumbía a los placeres terrenales del néctar de la uva.

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Grandes amantes del vino fueron también Christopher Lee y Peter Cushing. La pareja de intérpretes más conocida de las producciones de la Hammer Films británica protagonizó en 1972, bajo las órdenes de Eugenio Martín,“Pánico en el Transiberiano”donde se les puede ver con más de una copa a lo largo de su metraje.

Tampoco la ciencia ficción ha sido ajena a los placeres que nos ocupan. Por ejemplo, en“Star Trek”los Klingon, una raza alienígena de guerreros, cantan las proezas de la batalla brindando con vino de sangre. Mientras que en“Matrix Reloaded”, secuela de la película de los hermanos Wachowski estrenada en 1999, conocíamos a Merovingio. El dueño del restauranteLe Vraique es capaz de compartir el gusto por un buen vino con las más rebuscadas argucias.

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Hasta aquí este repaso a algunos de los más conocidos monstruos y villanoswineloversdel cine fantástico. Pero antes de dejarles permítanme un último consejo. El cine fantástico siempre se disfruta mejor a la luz de las velas, acompañado de una copa de buen vino, y si es de nuestras bodegas aún mejor.

Por Luis M. Rosales
Director de la revista SCIFI WORLD