MILMANDA

Bajo el amparo geográfico de la DO Conca de Barberà, la finca de Milmanda descansa a los pies de la Sierra de Prades, rodeada de colinas que huelen a romero, enebro y tomillo.
El lugar disfruta de unas condiciones idóneas para la variedad chardonnay y de una historia vitivinícola heredada de la tradición cultural de la Orden del Císter. En la finca se erige, majestuoso, el castillo de Milmanda.

Viñedos de la finca Milmanda, propiedad de Familia Torres, al fondo de la fotografía, se divisa el castillo de Milmanda.
En Milmanda, la historia hunde sus raíces en la cronología. Así, restos arqueológicos hallados en el lugar afirman un pasado donde íberos, grecofenicios y romanos dejaron su huella. Fueron éstos últimos los que crearon una villa junto a la actual finca para beneficiarse de la proximidad de la vía Aurelia, que unía Tarraco con Llerda (Tarragona y Lleida).
Los visigodos levantaron aquí un castillo; fortificado después por las árabes. En 1136, el conde Ramon Berenguer IV liberó la comarca del dominio islámico, y Milmanda pasó a convertirse en propiedad feudal y abacial. Desde aquellos días, queda constancia escrita de los diferentes poseedores.

El castillo de Milmanda, propiedad de Familia Torres, rodeado por viñedos de la variedad chardonnay.
Los monjes de Poblet hicieron del dominio, granja, en el s.XIII. El castillo fue testigo y protagonista pétreo de las luchas entre templarios y abades.
Ya en el s. XVI el perfil rústico y militar tornó en una paz real, donde personalidades y delegados se hospedaban en sus visitas a Poblet.
Volviendo a nuestros días y términos vitivinícolas, la finca se levanta 500 metros sobre el nivel del mar (de media). Los suelos son calizos y pardocalizos. El clima es mediterráneo con influencia continental, con una temperatura media cercana a los 14,5 grados, aunque amortiguados por la sierra de Miramar en verano, cuando al atardecer se nota la caricia de la brisa marina. Las cepas de chardonnay se aprovechan de la luminosidad, apuntando al sur. De este modo, plantas y vendimias presentan perfiles más saludables.
Las prácticas de la vid, siempre respetuosas con el medio ambiente y la excelente maduración de las vendimias, sacrificando rendimientos en busca de la calidad, siembran la semilla del vino que será.

Uva chardonnay en la finca Milmanda, propiedad de Familia Torres.
En bodega, la fermentación en barricas de roble nuevo francés aporta ese perfil tan particular al vino. La temperatura controlada y acondicionada permite que los vinos permanezcan en contacto con sus lías durante meses, realizando así la asimilación de sus propias levaduras, enriqueciéndose con sus aromas. El vino resultante es reconocido y admirado en el mundo entero. Un vino de intensa elegancia y de personalidad única.

Milmandaes un vino blanco elaborado con la variedad chardonnay, que se cultiva a pie del castillo de Milmanda en la DO Conca de Barberá.
En Milmanda se hablan de tú a tú la historia y la cultura, la herencia ancestral del cuidado de la tierra y de nuestro legado.