La calidad y el precio del vino

Factores que afectan a la calidad

1. Factores medio ambientales

Al margen de factores obvios tales como la estructura genética de la uva (genotipo), o su expresión en la zona cultivada (fenotipo o “terroir), la incidencia del clima y del tiempo afecta de distintos modos al correcto desarrollo de la vid y de su fruto. Y es que para la obtención de una cosecha de uvas sanas y maduras las plantas necesitan dióxido de carbono, agua, luz solar, calor y nutrientes.

El calor y la luz del sol influyen directamente en la correcta maduración de la uva. La luz solar permite, actuando como energía, que la uva mezcle el dióxido de carbono y el agua y los transforme en azúcar. Este hecho es básico, ya que este azúcar se transformará en alcohol durante la fermentación.

Algunas variedades necesitan de un clima cálido para alcanzar la maduración (cabernet sauvignon, syrah…) mientras que otras necesitan de un clima más fresco para destacar sus notas frutales (sauvignon blanc, pinot noir…).

El agua necesaria para el desarrollo de la vid puede proceder de la lluvia, de la tierra o bien de la irrigación. Una cantidad excesiva de agua provocará que las uvas se hinchen, diluyendo de este modo los sabores y azúcares. Por lo que obtendríamos una mayor producción pero de un vino simple y poco estructurado.

En zonas con déficit hídrico, como muchos países del Nuevo Mundo, la irrigación es esencial. En el caso contrario, en zonas con frecuentes precipitaciones (como en muchos países de Europa), los mejores viñedos se cultivan en pendientes y en suelos que facilitan el drenaje del agua. (Gravilla, caliza).

Los nutrientes necesarios para un buen desarrollo de la vid los proporciona el suelo. Si bien la vid se adapta con facilidad a distintos tipos, suele ser en suelos pobres donde se consiguen uvas de mejor calidad.

Generalizando, podríamos decir que el vino obtenido de uvas cultivadas en climas calurosos tendrá más grado, cuerpo, taninos y menos acidez. Por el contrario, en climas frescos hablaríamos de un menor grado, tanino y cuerpo, pero una mayor acidez.

2. El cultivo de la vid

La actividad cultural en la viña (poda, vendimia, etc.) y el control de los rendimientos son los dos principales actores que inciden en la calidad de la uva.

Las actividades de laboreo de la vid permiten que la maduración sea uniforme y en cierto modo, controlada. Una poda adecuada, el control del número de racimos por cepa, el manejo de la canopia y la superficie foliar (que permite aumentar o disminuir la temperatura y el grado de exposición al sol y al calor de los racimos) son labores fundamentales en todo viñedo de calidad.

Los rendimientos por cepa también inciden de manera directa en la calidad de la uva. Rendimientos bajos ayudan a concentrar sabores en la uva y se obtienen más maduras. No obstante, controlar el número de racimos es una labor complicada y que necesita mucho tiempo, lo que se verá reflejado en el precio final del vino.

Factores que afectan al precio

¿Qué determina el coste de producción de una botella vino? Veamos de manera muy esquemática los costes asociados:

1. En la Viña

- El coste de la tierra

- El grado de mecanización del trabajo

- El coste de la mano de obra y su equipamiento

2. En Bodega

- El equipamiento de las instalaciones y su mantenimiento

- El coste de las barricas

- Instalaciones necesarias y labores vinculadas al envejecimiento

3. Embotellado, distribución y venta

- Impuestos

- Para los vinos que se exportan el tipo de cambio afectará al precio final del vino

- El coste de las botellas, cajas, embalajes y etiquetas

- El transporte

- Los márgenes del distribuidor y/o minorista

Como hemos visto, detrás de cada botella se esconde una cantidad ingente de cuidados y trabajo. Una atención al detalle que va desde el trabajo en la viña, hasta la labor de comerciales, distribuidores y minoristas.