[NOVEDAD] PAGO DEL CIELO 2019
El Vino Icono de Familia Torres en Ribera del Duero
Pago del Cielo, la bodega de Ribera del Duero propiedad de la Familia Torres, presenta su vino icono, un elegante tinto fino de producción muy limitada que nace de dos viñedos únicos, cuya singularidad radica en sus suelos, edad y ubicación. Bautizado con el nombre de la bodega, Pago del Cielo 2019 es la materialización de la esencia de estas viñas viejas que se subliman al combinarse, dotándolo de hedonista complejidad, frescura y elegancia.
“En los últimos 10 años, nos hemos centrado en la tierra, identificando las mejores zonas, viñedos y parcelas y aprendiendo sobre los suelos. Así, Pago del Cielo es el resultado del conocimiento adquirido durante todos estos años y la expresión máxima de nuestras dos viñas más preciadas, El Obispo y Las Tenadas, situadas en las mejores zonas de Ribera del Duero y con suelos diferentes que se complementan muy bien”.
Juan Ramón García, enólogo de Pago del Cielo
Juan Ramón García, enólogo de Pago del Cielo
Ribera Del Duero: Breves Apuntes
La DO está ubicada en Castilla y León y produce grandes vinos tintos. La región se extiende, a lo largo de unos 100km, por el curso del Alto Duero. Comprende 19 municipios de Valladolid, 5 de Segovia, 6 de Soria y 59 de Burgos. Muy probablemente, los romanos cultivaron el viñedo en esta región y crearon lagares para abastecer a sus legiones. Sin embargo, fueron las órdenes monásticas quienes propagaron la vid en la meseta Ibérica. En el s.XII, los monjes de Cluny elaboraban ya vino en Valbuena.
Paisaje de Ribera del Duero, viñedos propiedad de Familia Torres
“El Duero elaboraba probablemente los mejores vinos, porque sus consumidores eran los habitantes de las más importantes ciudades de Castilla: Burgos, Salamanca y la capital, Valladolid.”
Hugh Johnson
Los Viñedos: Conjunción de Astros en la Tierra
El viñedo conocido como El Obispo, ubicado en Piñel, en la zona de Pesquera, se caracteriza por sus suelos eminentemente calizos, que aportan elegancia, mineralidad y gran potencial de envejecimiento a los vinos.
Por otro lado, Las Tenadas, en La Horra, es una pequeña parcela con suelos profundos formados con arcilla y arena, que producen vinos con más estructura, intensidad de aromas y buena acidez. Este viñedo también tiene la particularidad de que entre las viejas cepas de tinto fino se encuentran algunas vides de albillo blanco, que se cosechan y fermentan juntas y le aportan al vino brillo y frescura. Una suerte de conjunción de cielo y tierra que, cual mosaico, encajan hasta dejar entrever un vino único en la región.
Los dos viñedos, situados a una altura media de 840 metros, tienen 32 años y 70 años respectivamente, y se cultivan con técnicas regenerativas, tales como el sembrado de hierba a modo de cobertura vegetal y la mínima intervención en el viñedo con el fin contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Pago del Cielo 2019, DO Ribera del Duero, propiedad de Familia Torres
En Bodega: Mimo y Artesanía Enológica
Pago del Cielo 2019 se elabora con la máxima delicadeza en la bodega situada en Fompedraza.
Para potenciar la expresión del suelo en el vino, se utilizan ánforas de 1.600 litros de capacidad, construidas con tierra de cada viñedo, para la vinificación y crianza durante 14 meses de una parte del vino. El resto envejece durante 15 meses en barricas de roble francés de 300 litros.
Pago del Cielo: La Finca, El Proyecto
Pago del Cielo es el proyecto vitivinícola de la Familia Torres que se asienta en dos territorios privilegiados para el cultivo de la vid, Ribera del Duero y Rueda, aunando tradición, compromiso con la calidad y pasión por la viticultura.
Pago del Cielo 2019, DO Ribera del Duero, propiedad de Familia Torres
El enólogo Juan Ramón García lidera este proyecto que se empezó a gestar en 2004 con la compra una pequeña bodega en Fompedraza, en la comarca de Campo de Peñafiel (Valladolid) y que cuenta actualmente con 45 hectáreas de viñedo en propiedad. También incluye la bodega que Familia Torres tiene en Villafranca del Duero, en Rueda, desde 2014 con sus 20 hectáreas de viñedo en el margen izquierdo del río, de considerable anchura y caudal, donde se encuentran las primeras estribaciones del valle, haciendo de sus suaves laderas y bellos meandros un lugar en el que permanecer.