Buenos propósitos ambientales para el nuevo año

Cuando se aproxima el nuevo año solemos hacer un repaso de lo vivido en el que acaba, y lo que hemos vivido en 2020 debe llevarnos a una reflexión: es el momento de actuar para evitar que vuelva a suceder. Y una de las mejores maneras de contribuir a ello, en palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, es “hacer las paces con la naturaleza”.

Actuar a favor del planeta y no contra él no requiere de grandes sacrificios ni de enormes renuncias. A menudo se trata de incorporar a nuestro día a día, a nuestros hábitos cotidianos, una serie de pequeños gestos que son muy poderosos en la lucha contra la crisis climática y el cuidado del medio ambiente.

Hay muchas acciones que podemos llevar a cabo en casa, el trabajo o allí donde nos encontremos. Estos son tan solo cinco ejemplos, cinco buenos propósitos para iniciar un año 2021 a favor del planeta.

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Atardecer en los viñedos en una tarde de verano.

Atardecer en los viñedos en una tarde de verano.

Hacer un uso más eficiente de la energía

Ahorrar no significa dejar de consumir, sino hacerlo de una manera más razonada y sostenible. Nadie está diciendo que vivamos a oscuras, que pasemos frío en casa o que renunciemos al uso de la tecnología. De lo que se trata es de hacer un uso más eficiente de la energía, de utilizarla mejor, ahorrando allí donde se presente la oportunidad y evitando el derroche.

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Manos cogiendo tierra a pie de viñedo.

Manos cogiendo tierra a pie de viñedo.

Movernos mejor

La movilidad ha adquirido un nuevo valor para muchos. Los episodios de confinamiento ante la pandemia del COVID-19 nos han hecho apreciar el viaje, el desplazamiento. Disfruta de una movilidad más sana, sostenible y segura. Camina, muévete en bici. Estudia las opciones de transporte público para desplazarte. Propón en casa hacer la próxima excursión en tren. La manera en que te mueves influye en tu estado de salud y la del planeta.

Reducir, reutilizar y reciclar

El mejor residuo es el que no se genera. Ese debe ser el principio guía que ha de regir en nuestra relación con las basuras: reducirlas. Elige el producto menos envasado, sal a comprar con la bolsa puesta, evita los envases y envoltorios superfluos y siempre que puedas compra a granel. Pon el ingenio en marcha y aprovecha mejor las opciones de reutilización. Y finalmente separa los residuos en casa y echa cada cosa a su contenedor correspondiente. De ese modo estarás favoreciendo el uso circular de los materiales y evitando que aparezcan abandonados en la naturaleza.

Elige la talla, el tejido, el color y la duración

La ropa tiene cada vez una vida más corta. Los costes ambientales de la llamada “fast-moda” son cada vez más altos. La producción en serie y a bajo coste de las prendas que vestimos está provocando que los residuos textiles representen ya el 7% de nuestra basura doméstica. No te dejes arrastrar por el consumo compulsivo. Interésate por el origen de los tejidos y las condiciones en las que se han confeccionado las prendas. Avancemos juntos hacia una moda más sostenible y respetuosa con las personas.

Ahorrar agua para no tener que echarla en falta

El cambio climático está poniendo en riesgo el acceso seguro al agua en todo el planeta, incluidas las grandes ciudades de los países más desarrollados. Por eso es necesario que todos nos eduquemos en el ahorro. Existe una larga serie de hábitos que podemos incorporar a nuestra manera de consumir el agua que pueden contribuir a evitar el derroche: como arreglar el goteo de los grifos, colocarles un aireador, utilizar cisternas de doble descarga en el váter, retener el agua fría de la ducha en un cubo o usar el programa eco de la lavadora y el lavavajillas. Toda gota cuenta, no lo olvides.

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Atardecer en los viñedos en una tarde de verano.

Ave sobrevolando los viñedos.