Altos Ibéricos: Una nueva mirada a La Rioja
Con el mismo potencial de guarda pero en contraposición con el clasicismo de las notas torrefactas y especiadas de las crianzas de antaño, la esencia de la tempranillo se abre paso brillando con luz propia. Paradigma varietal de una región que afronta una nueva manera de entender el vino y la tradición. Y eso, siendo la primera D.O.C de España, no es tarea sencilla
La Rioja
No descubrimos nada cuando decimos que la relación entre el vino y La Rioja es casi atávica. Por lo que no vamos a repasar la historia de la región y la evolución de sus vinos con el tiempo, de sobra conocida y perfectamente relatada en la página web del consejo regulador de la DO.
Nos centramos hoy en una Rioja contemporánea, que sin perder el respeto por su vastísima tradición vinícola, afronta nuevos tiempos y nuevos retos, eso sí, con todo el potencial y saber hacer de siempre.
Logroño, a orillas del rio Ebro, ejerce de capital y de punto de referencia para dividir la región en sus tres subregiones:
Rioja Alavesa:
Se extiende desde la sierra de Cantabria hasta el Ebro. Sus viñedos se sitúan a una altitud máxima de 800 metros. Suelos muy calcáreos, de arcilla y caliza, muy aptos para el cultivo de la variedad tempranillo. Los vinos de esta zona son, quizás, los más elegantes y ligeros de la Rioja. Hogar de Altos Ibéricos.
Rioja Alta:
La región se extiende entre las ciudades de Haro y Logroño. Los viñedos se sitúan al sur del Ebro, plantados entre los 500 y 800 metros de altitud. Sus suelos son en su mayoría de arcilla calcárea, aunque también encontramos suelos rojizos debido a la alta presencia de hierro. La Rioja Alta ha tenido un gran peso en el papel de la región (representa un 42% del total del viñedo riojano). Vinos de excelsa calidad, larga tradición y prestigio.
Rioja Baja:
Situada al este de la capital, el clima es más continental (veranos calurosos e inviernos más fríos). El suelo está compuesto principalmente de arcilla. La Rioja Baja es territorio copado por la garnacha tinta, aunque también la graciano gana protagonismo para mezclas con la tempranillo. Suelen ser vinos con menor potencial de envejecimiento que los de Rioja Alavesa o Alta.
Tempranillo
Otras Variedades tintas
Graciano:
- Poco extendida, de escasa productividad y maduración tardía, se utiliza principalmente en las mezclas con la tempranillo para aportar perfume y estructura.
- Los vinos que disfrutan de esta variedad poseen un bello color rojo profundo, una gran acidez y exhiben una poderosa intensidad aromática con recuerdos vegetales, flores y fruta roja.
Garnacha tinta:
- La variedad dominante de la Rioja Baja. En mezclas con la tempranillo, aporta cuerpo y aroma, aunque sus características organolépticas dependen mucho de las condiciones climáticas y de cultivo.
- En regiones cálidas exhibe sus características más reconocibles, mientras que en zonas más frías, se consiguen vinos de mayor acidez, equilibrados, frescos, ideales para la elaboración de rosados, similares a los rosados de Navarra.
Mazuelo:
- Como la graciano, se utiliza principalmente en apoyo en mezclas. Variedad de mucho tanino, elevada acidez, aunque escasa intensidad aromática, es el complemento perfecto para la tempranillo en vinos destinados a largos envejecimientos.
Variedades blancas
Viura
- De gran productividad, se caracteriza por su notable acidez y aromas florales. Utilizada en la elaboración de vinos frescos y jóvenes, así como en los tradicionales blancos de largas crianzas; no son pocos los bodegueros que la utilizan también en mezclas para vinos tintos, en pocas proporciones, para regalarnos la personalidad única de los vinos de región.
Bodegas Torres en el corazón de la Rioja Alavesa
En 2005 la familia Torres decidió establecer su bodega en el municipio de Labastida, en pleno corazón de la Rioja Alavesa y bajo el amparo de la D.O.C.Rioja, conscientes del potencial de la región para el cultivo de la vid y de la posibilidad de elaborar vinos de alta calidad, con personalidad única y gran aptitud para la crianza.
Altos Ibéricos Crianza
Un idilio en la cocina
En un tuit podríamos definir a Altos Ibéricos Crianza como “un tinto contemporáneo, de suaves taninos y sensaciones frutales. Versatilidad a la enésima potencia y paradigma de una nueva Rioja”
Las nuevas tendencias y realidades gastronómicas demandan nuevos vinos que vayan de la mano con un nuevo escenario culinario.
Esta reflexión, fruto del diálogo con profesionales de la restauración, se encuentra detrás del nacimiento de Altos Ibéricos Crianza. Un vino para los que buscan algo diferente sin tener que traspasar fronteras, elaborado para estrechar lazos con una nueva gastronomía, moderna y creativa. Tapeo puro y sin complejos.
Los sedosos taninos de Altos Ibéricos Crianza encajan especialmente con tapas elaboradas con alimentos frescos como carnes rojas, pescados azules, quesos y todo tipo de embutidos.