Vinos Rosados, una declaración de amor

29 Octubre 2013

Probablemente se deba a la dudosa calidad de algunos rosados en el pasado… O quizás a la enorme evolución de los blancos y tintos como resultado de las nuevas técnicas de vinificación, o quizás ocurra que, a ojos de un no iniciado, el rosado puede parecer una suerte de híbrido entre el blanco y el tinto que uno nunca sabe si va o viene…

De modo que este artículo no tiene más objetivo que aportar algo de luz sobre los rosados: su elaboración, sus cualidades y características. Si bien es una primera aproximación, esperamos que este ejercicio (que creemos necesario) os permita conocer un poco más a estos grandes olvidados, valorarlos en su justa medida y disfrutarlos plenamente. Porque, creednos, lo merecen.

Pero… ¿qué es un rosado?

He aquí una definición concisa y clara:

“Vino que se elabora con uvas tintas, permitiendo el contacto o la maceración del mosto con los hollejos durante el tiempo suficiente para que tome la coloración deseada.”

Mauricio Wiesenthal, Diccionario Salvat del Vino

Poco más que añadir, ¿verdad? Pero veamos ahora, en más detalle, los diferentes métodos de elaboración (y los más comunes):

Rosados de sangrado:

La práctica más antigua. Es una técnica de concentración de los vinos tintos. Para su elaboración, separamos parte del mosto de las partes sólidas después de que el color del vino obtenga la intensidad deseada. Se realiza generalmente después de 12-24 horas de maceración a baja temperatura para potenciar su personalidad aromática. Después el mosto es vinificado como un vino blanco.

Como resultado obtenemos vinos de color más intenso, más complejos aromáticamente y amplios en boca.

Rosados de prensa:

Las uvas tintas se prensan directamente y después son vinificadas como un vino blanco. Estos vinos rosados son muy pálidos por lo que también se les conoce como vinos grises. En los rosados de prensa no se puede ajustar la intensidad del color. De este método de elaboración se obtienen vinos ligeros y de gran finura aromática.

Rosados de maceración (pre fermentaria):

Se obtienen prensando uvas tintas que han macerado previamente unas horas con los hollejos a baja temperatura. Al cabo de 24 o 48 horas se sangra la cuba, es decir, se separa el mosto de los hollejos, que serán prensados y como resultado se obtendrá el llamado vino de prensa. Posteriormente, la fermentación prosigue como si se tratase de un vino blanco. Después, el vino de prensa y el vino de yema se ensamblan en proporciones que variarán según el vino que quiera conseguir el enólogo.

Rosados de mezcla:

Se obtiene mezclando vinos tintos y blancos. También conocidos en España como “clarete”, no se consideran vinos de calidad, de hecho, la legislación española prohíbe esta práctica y en Francia sólo está autorizada para elaborar el champagne rosado.

El clarete se vinifica como un tinto, por lo que podría decirse que es un tinto de baja intensidad cromática. Los claretes sufren dos fermentaciones: la alcohólica y la fermentación maloláctica.

Características de los rosados: Complejidad aromática, acidez y versatilidad

Un buen vino rosado es muy difícil de elaborar y es realmente complicado que una vez embotellado conserve sus características ya que son muy fácilmente oxidables debido a su bajo contenido en taninos, de modo que recomendamos no guardar las botellas, consumidlos a la menor oportunidad, cualquier excusa es buena.

El vino rosado es versatilidad en estado puro. Por lo que llamarlo vino de consumo estacional (no son pocas las voces que sostienen que el verano es “su estación”) no deja de ser una contradicción. Existen rosados muy diferentes entre sí por lo que os será fácil encontrar vuestro momento rosé.

En Europa se suelen elaborar rosados, por lo general, secos. Algunos los podríamos equiparar incluso a los vinos tintos por su cuerpo y alto contenido en alcohol (como el bandol o el bellet de la Provenza); otros muestran una elegante rusticidad -(si se nos permite el oxímoron)- como los rosados españoles (Rioja, Navarra y Penedès) y los del Languedoc francés.

Por otro lado, los rosados del nuevo mundo tienden a ser más grasos, dulces, afrutados y con algo menos de acidez. En fin, Para gustos, colores… ¡y regiones!

Tonalidades de los vinos rosados

En términos de color (también de sabor), el factor clave es el tiempo que el mosto permanece en contacto con los hollejos. Así, cuanto más prolongada sea esta exposición, más oscuro e intenso será el vino.

Existe una completa gama de rosas, que abarca desde el gris pálido al rosa pálido, pasando por tonos piel de cebolla, salmón, albaricoque, rosa anaranjado, rosa viejo, rosa franco, cereza, frambuesa, fresa; hasta alcanzar un rojizo magenta.

Los aromas del vino rosado

Un rosado debe ser aromático, esta es su gran fortaleza y factor diferencial. A pesar de su relativa simplicidad, su encanto reside en su amplia paleta de olores, que podríamos categorizar de la siguiente manera:

· Serie floral: flor de azahar, flor de melocotón, flor de viña, rosa, tilo, iris, violeta, clavel, retama, flores secas.

· Serie frutal: cereza roja, grosella, granada, almendra fresca, fresa, frambuesa, grosella negra, albaricoque, melocotón, pera, manzana, cítricos, lichi, piña, plátano.

· Serie vegetal: hoja de grosella negra, pimiento.

· Serie fermentada: levadura, caramelo ácido.

Los rosados y la gastronomía

Como hemos visto anteriormente, los rosados se caracterizan por su versatilidad y sus posibilidades de combinación con diferentes platos son casi infinitas.

Su acidez les convierte en el mejor aliado para acompañar a ensaladas con aliños fuertes y platos donde la salsa de tomate es la protagonista. Aquí caben desde pescados y carnes hasta recetas de pasta y arroces.

Para platos con ingredientes donde lo amargo predomina -(ej.: alcachofas)- deberemos evitar los vinos tintos ya que los taninos no le harán ningún bien a vuestro paladar. ¿La mejor opción? ¡Rosados!

Lo salado también busca la compañía de un buen rosado y para las texturas grasas (foie, paté, etc.) uno con cierta presencia de azúcar residual os sorprenderá.

Nuestros protagonistas también encuentran su lugar acompañando a ciertos alimentos que presentan dificultades a la hora de maridar como son los de texturas filamentosas - (judías verdes, espárragos, espinacas, etc.)-, y jugaran un papel destacado como complemento a la siempre complicada cocina oriental.

Datos de interés y otras curiosidades

· La temperatura de servicio habitual del rosado es de 8 a 12 ºC

· Su contenido de alcohol suele oscilar entre el 11’5% y el 13%

· Las principales variedades utilizadas para la elaboración de rosados son: garnacha, cabernet sauvignon, syrah, merlot, tempranillo, zinfandel (USA) y cinsault (FRA).

· Un poco de historia: Hace 26 siglos, con la fundación de Marsella, los griegos introdujeron los primeros viñedos y la cultura del vino en la Provenza. Los vinos producidos en aquella época eran de color claro por lo que los podríamos definir como rosados, ya que la maceración de las pieles con el mosto era entonces desconocida o poco practicada. De modo que los provenzales afirman que los vinos rosados son los vinos más antiguos conocidos.

· En Estados Unidos es común llamarlos “Blush” (sonrosados). Suelen ser vinos ligeros y semi dulces. El término Blush se originó en California en los años 80 fruto de una campaña para reactivar las ventas de vinos rosados que había caído estrepitosamente. Hoy los Blush de la variedad zinfandel son los dominadores del sector en el mercado norte americano.

· ¿Sabíais que existe una variedad “rosada”? Se trata de la Poulsard, cultivada principalmente en la región del Jura francés. Se utiliza para la elaboración de vinos rosados muy frescos, aromáticos y delicados.

Bodegas Torres y los rosados

Para los que quieran adentrarse en el universo rosado de Bodegas Torres ahí van nuestras referencias:

Rosé De Casta: garnacha tinta, cariñena, syrah, cabernet sauvignon y tempranillo forman el coupage del clásico por excelencia de Bodegas Torres. De aroma limpio y fresco, en boca muestra todo su carácter y expresividad.

Santa Digna Rosé (Chile): Cabernet sauvignon. Notas perfumadas de ciruela y de fresa sobre fondos de pomelo. Paladar amplio y fina acidez. Elegante y sensual evolución hacia un prolongado post-gusto.

Jean Leon 3055 Rosé: Lo nuevo de Jean Leon es un elegante merlot con un pequeño porcentaje de cabernet sauvignon. El rosado definitivo para vuestros aperitivos.

Y para los amantes de las burbujas… Santa Digna Estelado Rosé (Chile): Espumoso elaborado con la variedad país (la uva autóctona de Chile). Con crianza sobre sus lías durante 9 meses esta delicia destila elegancia y personalidad.

¡Fuera complejos!

Atreveos con los rosados, demostrareis no solo actitud sino conocimiento y confianza para descubrir que existe todo un mundo injustamente olvidado entre el tinto y el blanco.

Sin duda, habría mucho más que decir (y escribir) sobre los rosados, pero deseamos que esta breve aproximación sirva para despertar vuestra curiosidad y os anime a disfrutar plenamente de una nueva “vie en rose.”