¿Regalar vino? Así, sí.

Como no queremos que eso de regalar vino pase a ser algo tan previsible, recurrente y tan poco original como lo de las colonias, aquí te dejamos algunas claves para atinar según sea la persona.
Cuando la elegancia es un grado
Elegimos un Mas Borràs, que procede de la finca de mismo nombre en pleno Penedès. Un vino excepcional que ya en 1985 fue destacado por el Jurado Internacional de la Olimpiada del Vino de París. Ahí es nada. Elaborado con la delicada Pinot Noir, es uno de los pocos vinos tintos dedicados a esta variedad hoy día en España. Fina, elegante, distinguida. Floral y frutal, goloso de entrada. Se mueve con estilo y su aroma persiste. Perfecto para ese amigo al que el traje le sienta siempre tan bien.
Éxito para melómanos
Si por el contrario, buscamos algo que sintonice con alguien que ame la música sobre todas las cosas, sin duda acertaremos con un Atrium Merlot. Sinfonía de aromas y un aire mediterráneo que se marida con cuerdas de guitarra. Cuyo intenso aroma frutal y su paso aterciopelado por la boca seguro que le inspira para improvisar algunas notas. Una partitura por etiqueta será solo el principio de esta canción de color tinto.
Para frequents flyers con estilazo
Para los que viven en los aeropuertos. Esa clase de amigo al que leemos mucho vía whats pero al que vemos poco. Seguimos su vida en Instagram y le envidiamos a morir. El triunfador del grupo, pero se le quiere. Y para demostrárselo, nada mejor que regalarle esta belleza: la Travel Edition de Gran Coronas. ¡A pasear palmito!
Si siempre anda por las nubes
Para aquellos que están cómodos cerca de las estrellas no habrá un vino más acertado que Celeste Crianza. Elaborado a casi 900 metros de altitud, allí donde casi se puede tocar el cielo con la punta de los dedos. Y soñar. De uva Tempranillo, este Ribera del Duero nace de frías noches y calurosos días, es paciente y solitario, lleno de matices.
Para ellas... Coquetas y dulces
Que no quiere decir que una mujer no vaya a valorar ninguno de los anteriores. Estamos seguros de que sí. Como también lo estamos que no hay nadie como ellas para destilar dulzura y coquetería. Únicas.
Por eso elegimos un Floralis Moscatel Oro. Seductor, distinguido, elegante. Y con un perfume floral capaz de embelesar a cualquiera. Perfecto compañero de quesos como aperitivo y de tartas de frutas como postre. Difícil de olvidar.