SIGLO XXI: LA NUEVA GEOGRAFÍA DEL VINO

26 Junio 2018

Los elaboradores y viticultores del arco Mediterráneo han constatado un aumento de las temperaturas medias anuales de un grado centígrado durante los últimos cuarenta años.


El escenario climático previsto es cuanto menos inquietante para la mayoría de países de herencia vitivinícola; un sendero trazado por el continuo aumento de las temperaturas y del estrés hídrico. El reverso de la misma moneda augura una nueva geografía del vino cuyo protagonismo recaerá en nuevas regiones que se verán favorecidas por el calentamiento global.

“La vid es una planta muy sensible a la temperatura. Si ésta sigue subiendo, los vinos que elaboraremos serán distintos.”

Miguel A. Torres

En efecto, los futuros vinos pueden sufrir un aumento del grado de alcohol significativo, cuando la uva alcanza una elevada concentración de azúcar de manera precipitada, y pueden ser susceptibles de un cierto desequilibrio en su acidez, acelerando el proceso evolutivo de los vinos.

Tendencia del calentamiento a largo plazo de la Tierra, 1880-2015 (NASA)

Países y regiones sin un pasado rico en cultura del vino verán transformado su paisaje y muy posiblemente su modo de estructurar su economía. Y lo cierto es que ya está ocurriendo; el aumento significativo del potencial de los vinos en latitudes superiores, y el creciente número de hectáreas destinadas al cultivo de la vid en estos países es un hecho demostrable. Históricamente de climas fríos y en exceso lluviosos, gozan últimamente de unos veranos algo más cálidos y secos.

En 2017 la superficie del viñedo en Inglaterra se ha doblado en los últimos 8 años, llegando a las 2330ha¹.

Así, por ejemplo, Tasmania (la región más fresca de Australia) está haciendo del nuevo escenario climático una oportunidad para labrarse una reputación, donde elaboradores de prestigio están realizando esfuerzos para obtener nobles pinots y diferentes variedades blancas alsacianas, como la riesling.


En el sur de China se ubica la provincia de Yunnan, frontera con el Tíbet, donde a más de 3.000m de altitud se ubican vides que podrían significarse como la nueva frontera de la geografía del vino. Y otros referentes europeos están llamando a estas nuevas puertas del cielo.



“La viticultura se deberá adaptar a las nuevas circunstancias climáticas, desplazando las viñas hacia el norte, buscando altitud y temperaturas más frías. Lo hemos estado haciendo los últimos 20 años en toda Cataluña. Así, en el Pre-Pirineo, hemos adquirido terrenos a 1.200m de altitud. Hoy, todavía no es posible el cultivo de la vid, pero estamos convencidos que en el futuro este nuevo marco será una gran oportunidad para determinadas variedades de uva.”

Miguel A. Torres



Es sabido que la apuesta por la adaptación a un nuevo escenario climático es el eje orbital de los estudios y proyectos innovadores de nuestra bodega. Así, tras la puesta en marcha hace más de una década de Torres&Earth; la Familia Torres y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) ponen en marcha el proyecto 'Vitis Agrolab' para impulsar la innovación en el ámbito de la viticultura y afrontar el cambio climático.


El proyecto se ubicará en una finca experimental de la Familia, situada en Juneda, en la provincia de Lleida, para testear y validar nuevos métodos que ayuden a los viticultores a ser más sostenibles y eficientes. Los ensayos que se llevarán a cabo permitirán obtener resultados sobre rendimiento y calidad del fruto, en función de diferentes sistemas de conducción de las cepas, y estrategias de riego a partir de la aplicación de métodos orientados a una viticultura de precisión.

El reto como Familia en este campo, con la mirada puesta en el largo plazo, parte de la investigación y la innovación, dos pilares fundamentales para cuidar de nuestro entorno y transmitir nuestro legado.

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¹Fuente:English Wine Producers