La berrea del ciervo: el mayor espectáculo de la naturaleza otoñal

28 Septiembre 2021

Cuando las tardes se acortan y el período estival llega a su fin, coincidiendo con el descenso de las temperaturas y el paso de las borrascas, las serranías ibéricas acogen uno de los espectáculos más extraordinarios de la naturaleza europea: la berrea del ciervo.

Se trata del período de celo del mayor de nuestros ungulados, el momento en el que los machos dominantes del gran Cervus elaphus (de ahí su nombre científico), unos animales que pueden llegar a alcanzar la altura de un asno y superar los doscientos kilos, defienden su posición de supremacía en el grupo, su hegemonía sobre las hembras y su prioridad para reproducirse.

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Ejemplar de ciervo en el campo. Fotografía de: Ana Mínguez

Ejemplar de ciervo en el campo. Fotografía de: Ana Mínguez

Para ello levantan la tierra con los cuernos para depositar en los agujeros sus fluidos corporales, arrancan la corteza de los árboles con las cuernas, se revuelcan en el lodo y emiten potentes berridos que retumban en el amanecer y al caer el sol por toda la montaña.

Es su manera de marcar el territorio y anunciar su superioridad al resto. De avisar a los jóvenes aspirantes a liderar el grupo que allí están ellos y que si siguen adelante con su desafío deberán enfrentarse a ellos en combate. Algo que suele tener lugar varias veces a lo largo del día.

En ese enfrentamiento, líder y aspirante no dudaron en abalanzarse el uno sobre el otro para, haciendo uso de sus poderosas cuernas, frenar las acometidas del contrario y obligarlo a retroceder, persiguiéndose a la carrera hasta expulsarlo del entorno de las hembras. Es la implacable manera con la que la naturaleza ejerce la selección natural, asegurándose de que opten a la reproducción quienes comparten los mejores genes.

Una vez establecida la jerarquía, llega el momento de cubrir a las hembras. Unas hembras que, ajenas a los combates y rodeadas de los cervatillos del año, van a permanecer fértiles durante apenas un día, por lo que los ganadores deberán atender al mandato genético de manera urgente, dejando alguna que otra monta para los machos menos afortunados.

Una vez cumplida la parada nupcial, los grandes ciervos dominantes se retiran al interior del bosque para seguir con su vida solitaria, ajena al resto, mientras las hembras y los jóvenes seguirán formando rebaños que se mantendrán unidos todo el invierno.

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Ejemplar de ciervo en el bosque. Fotografía de: Ana Mínguez

Ejemplar de ciervo en el bosque. Fotografía de: Ana Mínguez

La gestación dura ocho meses por lo que, si todo va bien, antes del verano nacerán los nuevos cervatillos y los jóvenes del año anterior iniciarán su período de aprendizaje y desarrollo para llegar a convertirse en aspirantes.

De ese modo, a medida que los días se acortan y el frío se hace cada vez más intenso, generalmente hacia finales de octubre (aunque el cambio climático está alterando también este calendario) suele finalizar la berrea.

En España el ciervo común está viviendo una explosión demográfica sin precedentes, lo que está llevando a la especie a recuperar buena parte de los territorios de los que había desaparecido. Debido a ello, existen muchas opciones para disfrutar en directo del espectáculo de la berrea en la mayor parte de las comunidades.

Como por ejemplo en el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura, el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en Andalucía, las Reservas de Boumort o los parques naturales del Cadí Moixeró y del Alt Pirineu en Cataluña.

La Montaña Palentina, la Sierra de la Culebra en Zamora o la de la Demanda burgalesa, en Castilla y León. Los magníficos parajes de Redes en Asturias o de Saja-Besaya, Liébana y Campoo en Cantabria. Los montes de Ezcaray en La Rioja, el macizo del Gorbeia en Álava o la Selva de Irati en Navarra.

Las normas básicas para asistir a la berrea sin molestar a los ciervos en un momento tan importante para la especie pasan por acudir a los centros de visitantes de los espacios protegidos, atender las indicaciones de los agentes forestales y los guardas, respetar las señales y las normas y mantener en todo momento una actitud responsable y de máximo respeto hacia la naturaleza.

En todo caso, la mejor opción para garantizarnos el éxito es contratar los servicios de guías locales para que nos conduzcan a los mejores lugares donde observarla. De ese modo optimizaremos el tiempo, evitaremos el riesgo de incumplir alguna norma y estaremos apoyando las actividades económicas vinculadas al turismo sostenible en el mundo rural.