CLOS ANCESTRAL BLANCO

Forcada y xarel·lo
La respuesta ante un mundo de sabores estandarizados va irremisiblemente ligada a la búsqueda de la propia identidad y la singularidad de cepas autóctonas. Variedades rescatadas del olvido que subrayen la identidad y procedencia del vino para huir de un paladar global y acercarnos con sentidos prestos y nuevos a cada nuevo descorche. A lo que fuimos, somos y seremos.

Clos Ancestral Blanco, propiedad de Familia Torres, elaborado con las variedades forcada y xarel·lo.
Forcada es el resultado de una labor de arqueología del vino para devolvernos un patrimonio común. Variedades que han dado muestras de un gran potencial enológico y una natural resistencia a los efectos del cambio climático. El binomio forcada-xarel·lo hace de Clos Ancestral Blanco un vino de autenticidad Irrepicable.
Hablamos de una labor de arqueología del vino para recuperar un patrimonio común. Mirar al pasado para volver a aprender, olvidar el camino andado y recuperar las variedades que utilizaban nuestros abuelos y bisabuelos para encontrar “esa autenticidad inimitable que da lugar a vinos únicos, muy especiales e irrepicable en el resto del mundo”, como subraya Miguel Torres Maczasseck (quinta generación de Familia Torres).
Por su parte, Mireia Torres Maczassek encabeza el equipo de investigación del proyecto de variedades ancestrales: “El proyecto de recuperación de las Variedades Ancestrales catalanas comenzó en 1982 gracias a mi padre, Miguel A. Torres. Trabajó estrechamente con el profesor Boubals en Montpellier, quien le dijo que muchas de estas variedades probablemente habían sobrevivido a la filoxera. Esto marcó el comienzo de un emocionante proyecto que hemos trabajado durante más de 30 años.”
Forcada, la variedad, en datos:
- Hallada en noroeste de la DO Penedès, en las faldas de la Montaña Roca Forcada, próxima a la Vall de Bianya en 2005, es la primera variedad blanca prefiloxérica recuperada.
- Forcada, fruto del proyecto de recuperación de variedades ancestrales, es una de las variedades blancas vinificadas hasta la fecha. Clos Ancestral Blanco, el vino que la encarna.
- Se trata de una variedad que se beneficia de los suelos arcillosos-calcáreos propios de comarca. Cultivada a 550 metros de altitud (Alts d’Ancosa) y alejada de la influencia del mar, Forcada sorprende por su intensidad aromática y su frescura propia de mayores altitudes.
- Hablamos de una variedad de ciclo largo, muy vigorosa y productiva.
- Las notas de hierbas nos sumergen en el imaginario de los bosques del Mediterráneo, mientras que los recuerdos a flores blancas y ese susurro cítrico que seduce al paladar, nos aferran a una acidez eléctrica, viva, que sostiene la estructura y esencia de la variedad.

Variedad forcada, en la finca Mas Palau, propiedad de Familia Torres.
“Forcada es una variedad que nos ayuda a recuperar nuestra herencia vitivinícola y es muy interesante desde el punto de vista enológico, sobre todo porque mantiene una excelente acidez, incluso en añadas cálidas”. Miguel Torres Maczassek (quinta generación de Familia Torres).
Clos Ancestral Blanco 2022 -vino ecológico- viste de amarillo pálido, limpio, luminoso. Delicado y seductor, ofrece una sinfonía de aromas frutales (limón, pomelo, mandarina). En boca es fresco, vivaz, jugoso y con fina pulpa. El aporte de la también autóctona xarel·lo le otorga ese recuerdo herbáceo que nos ancla al hogar.

Clos Ancestral Blanco, propiedad de Familia Torres (DO Penedès).
En lo gastronómico, Clos Ancestral Blanco resulta ideal como aperitivo. El vino eleva en lo sensorial a platos con ingredientes sencillos, poco condimentados, como mariscos crudos o fritos, ostras y gambas con concha y pescados a la plancha, como la lubina. Marida muy bien con quesos de cabra jóvenes, o ensaladas que contengan hierbas frescas. Abraza con gusto a la cocina oriental, así, es excelente para acompañar platos japoneses como el sushi y el sashimi, o los ricos dim sum (fritos y al vapor) de marisco y salmón.
La gama Clos Ancestral materializa décadas de esfuerzo en recuperar las variedades ancestrales que hacen de este, nuestro Penedès, una tierra de vinos milenaria. La tinta moneu y la blanca forcada renacen del pasado para sostener un presente y mirar a un futuro marcado por la amenaza climática.